martes, 24 de noviembre de 2009

"The harder they fall"... ¿el ídolo o nosotros?

¿Qué ambiente no tiene su lado turbio cuando se presta a los sobornos de índole económica? El mundo actual se rige, se mide y se valúa en dinero. Desgraciadamente todos somos sometidos a este régimen capitalista por lo menos alguna vez en nuestras vidas. Es una cuestión de ética profesional; una que cuestiona el trabajo digno. El ambiente en el que se desarrolla la película de Mark Robson, "The harder they fall", (en español "La caída de un ídolo") describe de manera cínica esta situación.

Sí, cínico es la palabra. El personaje principal, Eddie Willis es un cínico reportero que tiene la oportunidad de verse involucrado en el turbio ambiente del boxeo. El cinismo se representa en cuanto al dilema ético que representa este personaje siendo su profesión el periodismo. Supuestamente el área del periodismo debe representar una fuente de información veraz y precisa. Durante el desarrollo de la película observamos, sin embargo, todo lo contrario a esta suposición. El personaje se ve movido por el incentivo económico ofrecido por un corrupto promotor que lo convence de enfocar su talento profesional (aunque sería conveniente cuestionar esa "profesionalidad") a persuadir a un boxeador argentino de cuarta y al público mundial, que está en la posición de derrotar al boxeador campeón. 

A través de una serie de secuencias violentas, la película nos proporciona como espectadores, la oportunidad de adentrarnos en el mundo del box. En general nos brinda un panorama también del ambiente deportivo en sí; de cómo se presta éste, como cualquier otro ambiente al chantaje monetario. No cabe duda que el dinero es el motor que mueve al mundo, y en conjunto con un poder tan grande como el mediático, entonces nos encontramos frente a un gigante influenciador de masas.

Lo preocupante realmente de la película no es la violencia en sí, o el engaño que se realiza a través de la manipulación de los medios. Lo que es realmente de preocupar, es de dónde proviene ese engaño. Si un periodista que tiene en sus manos la responsabilidad de ser los ojos y oídos de su público se ve movido por el soborno y es capaz de pasar por encima de esa responsabilidad, entonces como humanos comunes, que no estamos en la posibilidad de ver todo cuanto acontece a nuestro alrededor, estamos realmente perdidos.

El título de la película representa muy bien esta situación de perdición: "The harder they fall". No me parece atinada en lo personal la traducción del título al español, pues lo siento más en referencia a nosotros como espectadores que al ídolo en sí. No es realmente el ídolo quien cae de la victoria, sino caemos nosotros en el engaño. Nos permitimos creer todo cuanto se publica en un medio sólo por el hecho de ser así. El cuestionarse con respecto a la veracidad de esos que creemos hechos simplemente no es una opción; no mientras sigamos siendo títeres manipulados por todo cuando se nos dice.

lunes, 16 de noviembre de 2009

"Il Cavaliere", un caballero de la corrupción

El juicio en contra del Primer Ministro italiano, Silvio Berlusconi fue reanudado el día de hoy, tras una conveniente pausa de un año completo. Sin embargo, fue postergada nuevamente, tras solo unas horas de haber recomenzado, hasta mediados de enero. Esta vez la excusa es la inauguración de una cumbre sobre seguridad alimentaria de la ONU para la Agricultura y Alimentación a la que asistirán jefes de estado y de gobierno de todo el mundo.
Berlusconi se ha visto envuelto en una gran cantidad de escándalos que abarcan una gran gama; empresariales, políticos, sexuales, por mencionar algunos. Este juicio gira en torno a su empresa de difusión Mediaset y su adquisición de derechos de televisión. La fiscalía encargada, sostiene que las decenas de acusados, entre ellos directivos de Mediaset y el abogado británico David Mills, pagaron precios artificialmente exagerados por los derechos de televisión de películas estadounidenses para después embolsarse la diferencia del costo real por el equivalente a centenas de millones de dólares. Asimismo, estas acciones le permitieron al "Cavaliere"(el "Caballero") eludir impuestos y desviar recursos millonarios a su favor. Evidentemente ser el hombre más rico de Italia no es título suficiente.
Parte de este juicio se hará en torno al hecho que Berlusconi le pagó 600 mil dólares al abogado David Mills en recompensa, dado que no declaró en su contra en dos procesos precedentes celebrados en 1997 y 1998, lo cual le permitió ser absuelto de ciertas acusaciones de corrupción. Esto, en suma con el "laudo Alfano", ley que le otorgaba inmunidad al Primer Ministro italiano, lo volvió un ser intocable como todo aquél que pisa los suelos de la política. Quién como el corrupto, en el mundo actual tal adjetivo se ha vuelto equivalente a "todopoderoso".
Afortunadamente, dicha ley de inmunidad para Berlusconi y otros altos funcionarios en Italia que imposibilitaba su encausamiento durante su permanencia en el poder, fue invalidada apenas el mes pasado por la Corte Constitucional. Sin embargo, la invalidación llega tarde para otras acusaciones de doble contabilidad y declaraciones falsas en los informes financieros que fueron desestimados por los tribunales por haber expirado la caducidad de los delitos. Encima de todo ahora resulta que los políticos gozan de la conveniente "caducidad delictual".
Berlusconi llegó para sustituir a Prodi en una Italia que se decía que comenzaba a desmoronarse. Este es su segundo mandato; la gente lo re-eligió. Es evidente que la frase "más vale malo por conocido que bueno por conocer" retumbó en los oídos de la sociedad italiana, quien al momento debe estarse preguntando si debía realmente haber seguido el consejo de dicha frase popular. Tal vez Prodi realizó uno que otro movimiento equivocado que repercutió la economía italiana, pero las acciones de Berlusconi atacan la economía mundial. Parece que la corrupción es una peste, un virus que invade sin discriminación; ni los países de primer mundo se salvan. Alargar en tiempo los juicios para que caigan en prescripción es una "caballerosa" técnica para la generosa difusión de esta plaga mundial.

martes, 10 de noviembre de 2009

SME "tolerancia cero": censurando los medios

No satisfechos con la imagen social que han creado de ellos mismos los últimos meses, los dirigentes del Sindicato Mexicano de Electricistas han sumado a ella un nuevo componente. Ahora no solo son considerados como beneficiarios abusivos de los recursos del Estado y han perdido toda credibilidad social, sino que encima han ganado posicionarse socialmente como represores de la libertad de prensa.
El intento de tomar por asalto las instalaciones de Milenio Televisión por parte de brigadas del SME y encima de forma violenta dio énfasis a la intolerancia política del radicalismo sindical. Se transmitió al aire el debate entre ocho sindicalistas con el director editorial del Milenio, Carlos Marín, en donde se percibió un entorno autoritario y represivo por parte de los sindicalistas. Se negaron incluso a pasar al noticiero de Gómez Leyva. Este no es más que un síntoma más de la escasa perspectiva que existe en la política mexicana. En todos sus actores parece ser nula la tolerancia y la objetividad hacia la oposición. Sin estos dos factores parece imposible entonces hablar de una democracia efectiva, pues ésta debería estar basada en el diálogo. Este último término es absurdo siquiera mencionarlo en un ambiente en el que domina el autoritarismo y la pretensión de homogeneizar el pensamiento político por parte de cada quien y encima recurriendo a la fuerza.
No es la primera vez que se desata la violencia por parte del SME al querer tomar los medios de comunicación que no están sometidos a las políticas autoritarias de comunicación del sindicato mismo. Hace días quisieron tomar también por asalto la cabina de transmisión de López Dóriga, obligándolo a suspender su noticiero. Estamos frente a la prueba irrefutable que en una sociedad como la nuestra el recurrir a la violencia es la primera y única opción. Falta perspectiva para comprender que el diálogo debe ir antes que la violencia, pero ante la escasa visión de líderes como los del SME, no puede más que esperarse que se busque llegar a soluciones por vía del salvajismo. En esto parecerían incluso súbditos de Obrador; pertenecientes a la corriente del "si me elogias eres bueno, si me criticas eres malo." Buena fórmula utilizó Obrador; una muy conveniente. No debemos olvidar que en algunos de sus mitines zocaleros llegó a azuzar las masas contra periodistas que lo criticaban en incitó a qeu fueran agredidos. La actitud del SME suena familiar, pero lo más grave no es eso, sino la intención de censurar los medios a su antojo.
El SME está dando patadas de ahogado. La intolerancia no es más que un síntoma de la impotencia de la falta de razón y de la violencia. Es una negación al diálogo y por ende a la democracia. El sindicato pide justicia con autoritarismo; pide igualdad de expresión con represión; pide defensa con violencia. Definitivamente nos encontramos ante una crisis, pero una de absurdos.