jueves, 22 de octubre de 2009

Derrota sin lucha

Aún ni siquiera empieza la nueva administración gubernamental en Cuernavaca y el escenario se ve ya invadido de excusas para justificar un mandato que vendrá lleno de ineficiencias. El día de ayer regidores priístas, en funciones y electos, denunciaron que la actual administración panista ha abandonado Cuernavaca a su propia suerte. Se quejan del incumplimiento de la prestación correcta de los servicios púbicos, así como de permitir el deterioro de la infraestructura. Asimismo exigieron al actual gobierno panista cumplir con su responsabilidad de lleno la última semana de su gestión como tal.

Ante afirmaciones como la de Juan Jaramillo Frikas, regidor en funciones, que denuncia la existencia de "una actitud premédita para ponerle obstáculos a la nueva administración" no puede uno evitar cuestionarse sobre la real existencia de dichos obstáculos o si en realidad se trata de una serie de excusas premeditadas. Parecería más bien que se trata de esto último.

La política mexicana se ha distinguido por ser una de evasiones, de ineptitud, de apatía. Entra Felipe Calderón a la presidencia lleno de propuestas para la resolución de ciertos conflictos. Apenas tres años después se justifica en su informe diciendo que la administración se topó con conflictos exteriores a ella y totalmente fuera de su capacidad de resolverlos, entre ellos la crisis económica mundial, el problema del narcotráfico, el de la influenza, por mencionar solo algunos. ¿Es posible esta actitud pasiva ante dichos temas? ¿Es posible que la cámara de diputados frene cada propuesta o que cuando las acepta entonces la sociedad se vaya encima de ellos como sucedió en la nueva reforma de impuestos?

Lo vemos suceder en cada una de las áreas gubernamentales. No necesitamos irnos tan arriba jerárquicamente. Aquí mismo, como se hablaba anteriormente, aún no entra el nuevo gobierno priísta a Cuernavaca y ya justifica sus errores de entrada. Ya culpa al partido ajeno y se lava las manos sin ni siquiera haber hecho el intento de gobernar. Ya habla sobre obstáculos cuando aún ni siquiera ha entrado en función para darles frente. Es una derrota de entrada; una sin lucha. ¿Tan disfuncionales somos en el ámbito político que más que gobierno se siente la ausencia de uno? Es de preocuparse que esta apatía nos está llevando al borde de la anarquía.

1 comentario:

  1. Más que anarquía, digo yo sinvergüenza.

    Celebro su redacción y ortografía, se nota que sí fue a la escuela.

    Recomiendo que intente frases más cortas y un poco de humor.

    Su estilo es sereno y crítico. Eso esta´muy bien. De nuevo ha sido gratificante leerla. Siga así. Ah, y llegue lo más temprano a clase que le sea posible.

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