viernes, 16 de octubre de 2009

Una dosis de emociones intensas



"Creo que esta es mi obra maestra" es la línea con la que termina la película Bastardos sin gloria, pero, ¿quién lo dice realmente, Aldo, el personaje interpretado por Brad Pitt, o Quentin Tarantino, el director de esta película? En ella Tarantino deja impregnado su fanatismo por el cine; pone su cinefilia al servicio de esta obra. Su estilo está impreso como marca registrada en cada una de sus películas; es inconfundible. Hace de la violencia un juego que pasa de lo impactante a lo cómico. Bastardos sin gloria no es la excepción a este estilo particular de Tarantino, sin embargo sí sigue una línea un poco diferente.

La historia gira en torno a la venganza; al gusto de desangrar las reglas de la historia para darle un final completamente distinto y reírse del curso del tiempo. Te sientas a ver a la película y no logras sentirte tranquilo frente a escenas que desgarran un realidad ya muy grabada en tu mente. Esa intranquilidad es síntoma de una tensión perfectamente lograda por Tarantino. La película se convierte en un sádico juego entre director y espectador en el que brota una continua urgencia de sangre.

Hans Landa es el perfecto ejemplo de la sed de una violencia que nace del fanatismo. En su interpretación, Christoph Waltz logra recibir el odio del espectador y al mismo tiempo con su carisma crea un vínculo de simpatía. La misma sed se manifiesta en el personaje de Brad Pitt, Aldo, pero en su caso se trata de una sed de venganza. Así violencia y venganza se hilan para hacer una repartición estratégica de la tensión durante las dos horas y cacho que dura la película.

La música se une a los elementos de tensión pasados generando una sensación de expectativa que se vuelve insoportable. Unida a ella, la fotografía de la película crea un ambiente de contrastes entre el rojo y el negro, colores nazis y violentos a la vista. Y aún jugando con esta tensión oscura, Tarantino logra darle un brillo singular a la película con su capacidad de desprenderse de los excesos, regalando al espectador cada una de estas sensaciones de forma dosificada.

1 comentario:

  1. Bien, Arianna, muy bien. Creo que es una reseña muy decente, muy fluida y bien manejada.

    Me gustó que dice sin decir demasiado de la película. Adempas orienta al futuro expectador.

    Siga escribiendo.

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